viernes, 13 de mayo de 2011

RECOMENDACIONES EN LA EXPOSICIÓN ORAL

Para transmitir de manera correcta las ideas que se desean expresar, se deben tomar en cuenta básicamente dos recomendaciones: Una es tener las ideas claras sobre el tema y la otra es conocer apropiadamente el lenguaje y los términos en los que se va a llevar o dirigir el proceso comunicativo.

En ese sentido, el concepto de comunicación, se puede entender como el proceso humano de interacción o transacción entre dos o más elementos de una sociedad o un sistema para transmitir ideas o sentimientos. Estas formas de transmisión son de forma verbal, escrita, auditiva, entre otras.

Entonces, cuando se lleve a cabo una exposición deben tomarse en consideración el uso apropiado del lenguaje, el cual suele estar caracterizado de un estilo personal, pues cada expositor emplea sus propias técnicas con la experiencia que ya tiene en la transmisión de ideas. Lo recomendable es no utilizar términos o conceptos complejos que resultan inentendibles.  Por supuesto que las ideas deben ser claras y precisas y si se tiene la necesidad de introducir nuevas palabras y conceptos, es necesario clarificarlos y utilizarlos.

Así el estilo y el método que cada emisor utilice en la exposición de su tema, será de gran importancia para que se produzca empatía con el auditorio, sin que ello se traduzca en rebasar los límites hacia la doble intencionalidad de la palabra, ya que lo contrario puede producir efectos altamente nocivos en el auditorio.

De igual forma, al exponer un tema es importante conocer los aspectos en que se desarrolla el auditorio, como su nivel académico, preferencias políticas, nivel económico, tipo de ideología en el que se desenvuelven, cultura, entre otros, entendiendo a esta última como el conjunto de saberes materiales, tales como el idioma o las tradiciones, incluso la religión que predomina entre ese auditorio y sus costumbres. Lo anterior, es con la finalidad de que el expositor no vaya a expresar alguna idea personal que pueda ser hasta ofensiva para el auditorio al que se dirige en ese momento y lugar determinado. 

Son muchas las recomendaciones para realizar una exposición adecuada y solo por mencionar algunas, éstas son: no emitir palabras altisonantes o frases ofensivas, peyorativas o racistas, porque son perjudiciales para el control y el manejo de auditorios, además, hablar en público es una actividad que siempre debe estar acompañada por la seriedad y la imparcialidad que requiere dicho proceso. El dominio de un lenguaje, origina que no tengamos que preocuparnos al momento de exponer un tema. Debemos omitir usar palabras que no conocemos. Procurar que el volumen de la voz sea el adecuado, así como evitar emitir sonidos por la nariz. El ritmo conversacional debe ser regular e irregular, pues un ritmo continuo de voz hace que la exposición se vuelva monótona, aburrida y lleve al desinterés del auditorio. Evitar hablar con mucha rapidez o con mucha lentitud, ya que pueden producirse muchas fallas de omisión, de reemplazo de palabras que pueden provocar un desgaste mental al auditorio. Evitar en todo momento y en la medida de lo posible usar muletillas, pues su uso o peor el exceso de esas muletillas, refleja inseguridad, timidez o nerviosismo en el expositor.

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