sábado, 21 de mayo de 2011

TEORÍAS DE LA ARGUMENTACIÓN JURÍDICA. SU APLICACIÓN EN EL LITIGIO

En los últimos años se ha puesto en valor el proceso del razonamiento jurídico a través de la deducción lógica, principalmente en la actividad de motivación, es decir, en la justificación. Esta técnica de argumentación es un indicativo de un buen juicio conforme a derecho.

En efecto, un buen argumento dentro de la motivación que hacen los jueces, magistrados y ministros en nuestro sistema jurisdiccional, es signo de que haya un buen juicio por parte de ellos, y esto solamente se logra a través del uso de la argumentación jurídica en cualquiera de sus teorías, y sin importar cual sea el enfoque de los autores, pues todos coinciden en la idea anteriormente referida.

No obstante lo anterior, es de suma importancia destacar el hecho de que no solamente para resolver un controvertido es necesaria la argumentación, ya que ésta es una herramienta utilizada por los litigantes, por ejemplo, así, éstos profesionistas argumentan en sus escritos de demanda, de contestación, incluso en los escritos de ofrecimientos de prueba, en sus conclusiones o alegatos, para influir en el ánimo del juez y que éste falle a su favor, siempre combatiendo los argumentos de su contraparte, entrando en una lucha retórica y/o dialéctica, para vencer a la parte contraria.

Asimismo, una vez que el órgano jurisdiccional ha resuelto el controvertido en cuestión, los litigantes pueden hacer uso, una vez más, de la argumentación jurídica para combatir la decisión con la que se encuentran inconformes, y lograr que la superioridad revoque y/o modifique la resolución recurrida.

En la práctica, se puede destacar que tanto los litigantes, como los juzgadores, elaboran por lo general, sus argumentos con base en la lógica formal, a manera de silogismo, pues por una parte hacen referencia a la norma a aplicar, adecuan los hechos para finalmente concluir en la aplicación o incluso en la no aplicación de la norma a la especie.

Sin llegar a ser tan pragmático, sería interesante el hacer ejercicios mentales de lógica formal al redactar un escrito o leer una resolución para ver la aplicación de esa argumentación jurídica.

viernes, 20 de mayo de 2011

LA COMUNICACIÓN ORAL CON SUS POSIBLES HERRAMIENTAS

Siguiendo con el tema de la expresión de ideas de forma oral, el emisor debe tomar en cuenta que no es suficiente con conocer a fondo el tema que va a exponer, sino que también debe tomar en consideración el que tipo de auditorio a quien se va a dirigir. De cualquier forma, la expresión de las ideas y el tema a desarrollar debe ser a través de un lenguaje que no sea complicado ni con tantos tecnicismos, pues ello puede llevar a no lograr el objetivo principal de la exposición, esto es, el no transmitir las ideas que se desean dar a conocer.

Otro de los aspectos que deben tomarse muy en cuenta, es no dar por sobreentendidos lo temas o conceptos que se van a exponer, sino por el contrario, aún cuando se tuviera la impresión de que el auditorio al que se dirige ya los comprende, es recomendable aunque sea de forma muy breve explicarlos, pues ello llevará a una comprensión completa del tema.

tenga la noción del cómo expondrá su tema, esto debido a que no es lo mismo que el mensaje se dirija a un auditorio que aunque de forma meridiana conozca el tema, a uno del que no tenga conocimiento respecto del mismo; de igual forma, el expositor deberá prestar atención a que el auditorio.

Asimismo, el emisor del mensaje deberá utilizar un lenguaje distinto dependiendo del auditorio al cual se dirija, pues éste puede variar de forma considerable como es la edad, el nivel académico, educativo, social, económico, entre otros. También será útil en el caso en que se reúnan las condiciones necesarias para la exposición, el empleo de diversos recursos didácticos que el expositor tome como apoyo, no solamente para transmitir su mensaje, sino también para mantener el interés del auditorio, aunque lo recomendable será evitar su uso excesivo, pues esto podría desviar la atención del auditorio hacia el expositor e incluso que las ideas no les sean transmitidas.

Esos materiales, dependiendo del lugar en que se exponga, puede ser por mencionar un ejemplo el uso de pizarrones, aunque éste será recomendable que se utilice mientras se expone y no antes, pues se pierde tiempo y sobre todo la atención del público. En ese sentido, también se recomienda que se use para identificar palabras clave o ideas principales ya sea en forma de mapas mentales, de cuadros sinópticos, en forma de listas que vayan de mayor a menor jerarquía en la importancia de las ideas, entre otras, pero lo que se pretende con el uso de esta herramienta es que ayuden al expositor a delimitar su tema o recordarle en cierta forma los subtemas que va a abordar para que no pierda la idea principal que trata de transmitir. Lo anterior, además de ayudar al expositor, también será de utilidad para el auditorio, ya que así podrá seguir la exposición y recordar lo expuesto con anterioridad e incluso tomar nota de ello. La desventaja del uso excesivo de esta herramienta es que si se satura de información, ésta puede ser confusa para el auditorio, quien a la vez puede perder atención en el orador.

En sí, el uso de los diferentes materiales deberán ser únicamente como un apoyo del que se valga el expositor y no como el fin de la transmisión del tema. Por lo cual no hay un material que sea considerado como el mejor, sino que el más recomendable será aquel con el que cada expositor se adapte y se sienta más cómodo y lo más importante, aquel que le ayude a transmitir de forma más clara y precisa el mensaje y los objetivos planteados.

sábado, 14 de mayo de 2011

LA ARGUMENTACIÓN JURÍDICA EN LA APLICACIÓN JUDICIAL DE LA CONSTITUCIÓN. POSTURA DEL DOCTOR CARMONA TINOCO

Básicamente establece que si al momento de resolver cuestiones de aplicación con relación a un ordenamiento jurídico es necesario llevar a cabo un proceso de argumentación para sustentar su decisión, tratándose de la Constitución la misma reviste mayor importancia pues sus consecuencias jurídicas inciden en todo el ámbito normativo por ser la norma fundamental.

De igual manera, considera que es proporcional la libertad que tiene el juzgador encargado de la aplicación e interpretación de las normas constitucionales, con relación a la responsabilidad de argumentar y sustentar adecuadamente sus resoluciones.

Las premisas y la conclusión deben apoyarse en el propio orden constitucional. La forma más usual de la argumentación es la del silogismo, en donde para el examen de la constitucionalidad, la premisa mayor es un precepto constitucional que contiene los valores y principios supremos, y la premisa menor la norma ordinaria que no debe vulnerarlos.

La elección de las premisas a nivel constitucional no solo involucra elementos jurídicos, sino también políticos, económicos, sociales, históricos y culturales.

La labor creativa de los jueces puede provocar que no sea la ley sino ellos mismos quienes establezcan límites a la Constitución, lo que puede generar conflictos entre los tres poderes: ejecutivo, legislativo y judicial.

En cuanto a las razones por las cuales los tribunales de control constitucional se encuentran mayormente obligados a establecer argumentos que sustenten sus determinaciones, es que se trata de las normas del más alto nivel jerárquico; no existe un órgano superior que revise sus determinaciones; el argumento prueba la independencia y legitimidad de su función; las decisiones constituyen modelos a seguir para los juzgadores secundarios; es un reflejo de la eficacia del ordenamiento jurídico en general y eleva el nivel del debate jurídico.

Refiere que existen dos formas de modelo de defensa de la Constitución: uno difuso, en el que todos los jueces resultan ser jueces constitucionales (como en el sistema del derecho común), y otro concentrado, en el que un órgano especializado tiene en exclusiva la función del control de la constitucionalidad.

Las teorías de la argumentación resultan ser un nuevo enfoque para analizar la función judicial y el derecho como un discurso persuasivo que debe ser justificado. Así, se busca que las decisiones judiciales no solo sean correctas, sino razonables.

viernes, 13 de mayo de 2011

RECOMENDACIONES EN LA EXPOSICIÓN ORAL

Para transmitir de manera correcta las ideas que se desean expresar, se deben tomar en cuenta básicamente dos recomendaciones: Una es tener las ideas claras sobre el tema y la otra es conocer apropiadamente el lenguaje y los términos en los que se va a llevar o dirigir el proceso comunicativo.

En ese sentido, el concepto de comunicación, se puede entender como el proceso humano de interacción o transacción entre dos o más elementos de una sociedad o un sistema para transmitir ideas o sentimientos. Estas formas de transmisión son de forma verbal, escrita, auditiva, entre otras.

Entonces, cuando se lleve a cabo una exposición deben tomarse en consideración el uso apropiado del lenguaje, el cual suele estar caracterizado de un estilo personal, pues cada expositor emplea sus propias técnicas con la experiencia que ya tiene en la transmisión de ideas. Lo recomendable es no utilizar términos o conceptos complejos que resultan inentendibles.  Por supuesto que las ideas deben ser claras y precisas y si se tiene la necesidad de introducir nuevas palabras y conceptos, es necesario clarificarlos y utilizarlos.

Así el estilo y el método que cada emisor utilice en la exposición de su tema, será de gran importancia para que se produzca empatía con el auditorio, sin que ello se traduzca en rebasar los límites hacia la doble intencionalidad de la palabra, ya que lo contrario puede producir efectos altamente nocivos en el auditorio.

De igual forma, al exponer un tema es importante conocer los aspectos en que se desarrolla el auditorio, como su nivel académico, preferencias políticas, nivel económico, tipo de ideología en el que se desenvuelven, cultura, entre otros, entendiendo a esta última como el conjunto de saberes materiales, tales como el idioma o las tradiciones, incluso la religión que predomina entre ese auditorio y sus costumbres. Lo anterior, es con la finalidad de que el expositor no vaya a expresar alguna idea personal que pueda ser hasta ofensiva para el auditorio al que se dirige en ese momento y lugar determinado. 

Son muchas las recomendaciones para realizar una exposición adecuada y solo por mencionar algunas, éstas son: no emitir palabras altisonantes o frases ofensivas, peyorativas o racistas, porque son perjudiciales para el control y el manejo de auditorios, además, hablar en público es una actividad que siempre debe estar acompañada por la seriedad y la imparcialidad que requiere dicho proceso. El dominio de un lenguaje, origina que no tengamos que preocuparnos al momento de exponer un tema. Debemos omitir usar palabras que no conocemos. Procurar que el volumen de la voz sea el adecuado, así como evitar emitir sonidos por la nariz. El ritmo conversacional debe ser regular e irregular, pues un ritmo continuo de voz hace que la exposición se vuelva monótona, aburrida y lleve al desinterés del auditorio. Evitar hablar con mucha rapidez o con mucha lentitud, ya que pueden producirse muchas fallas de omisión, de reemplazo de palabras que pueden provocar un desgaste mental al auditorio. Evitar en todo momento y en la medida de lo posible usar muletillas, pues su uso o peor el exceso de esas muletillas, refleja inseguridad, timidez o nerviosismo en el expositor.

sábado, 7 de mayo de 2011

TOULMIN Y SU TEORÍA DE LA ARGUMENTACIÓN

Toulmin se basa en la constatación de que uno de nuestros modos de comportamiento lo constituye la práctica de razonar, de dar razones a otros a favor de lo que hacemos, pensamos o decimos. Aunque exista una gran variedad de usos del lenguaje, es posible distinguir entre un uso instrumental y un uso argumentativo. El primero tiene lugar cuando las emisiones lingüísticas consiguen directamente sus propósitos sin necesidad de dar razones adicionales, por ejemplo cuando se da una orden, se pide algo, etcétera. El uso argumentativo, por el contrario, supone que las emisiones lingüísticas fracasan o tienen éxito, según que puedan apoyarse en razones, argumentos o pruebas. Dicho uso tiene lugar, por ejemplo, cuando se plantea una pretensión jurídica, un caso sería que alguien tiene derecho a recibir la herencia.

Entonces, las situaciones y problemas con respecto a los cuales se argumenta pueden ser muy distintos y, en consecuencia, el razonamiento cambia en relación con las situaciones. Sin embargo, es posible plantear algunas cuestiones que son comunes, una de estas cuestiones es la de cuál es la estructura de los argumentos, esto es, de qué elementos se componen los argumentos, qué funciones cumplen dichos elementos y cómo se relacionan entre sí; otra es la de la fuerza de los argumentos, esto es, la cuestión de con qué intensidad y bajo qué circunstancias el material presentado en la argumentación suministra un apoyo en relación con la pretensión que se esgrime en la argumentación.

Para Toulmin, en un argumento pueden distinguirse siempre cuatro elementos que son la pretensión, las razones, la garantía y el respaldo.

La pretensión significa tanto el punto de partida como el punto de destino de nuestro proceder en la argumentación, un ejemplo de la pretensión sería que determinada persona tiene derecho a recibir la herencia. Así, al comienzo de la argumentación, el proponente plantea un problema frente a otro u otros que son sus oponentes. En caso de que el oponente cuestione de alguna forma la pretensión, el proponente tendrá que dar razones a favor de su pretensión inicial, que sean al mismo tiempo relevantes y suficientes, siguiendo el mismo ejemplo sería determinada persona es el único hijo de X, quien falleció sin dejar testamento.

Por su parte, las razones se refieren a los hechos específicos del caso, cuya naturaleza varía de acuerdo con el tipo de argumentación de que se trate; en una argumentación jurídica típica, por ejemplo, serán los hechos que integran el supuesto de hecho de la norma aplicable al caso discutido. El oponente podrá ahora discutir de nuevo los hechos, pero incluso en caso de que los acepte puede exigir al proponente que justifique el paso de las razones a la pretensión.

De ahí que los enunciados generales que autorizan dicho paso constituyen la garantía del argumento. Por tanto, la naturaleza de las garantías depende también del tipo de argumento de que se trate, de manera que podrá consistir en una regla de experiencia, en una norma o principio jurídico, en una ley de naturaleza, etc. En todo caso, las garantías no son enunciados que descifran hechos, sino reglas que permiten o autorizan el paso de unos enunciados a otros. En el ejemplo en cuestión la garantía sería que los hijos suceden a los padres cuando éstos han fallecido sin dejar testamento.

Podría decirse que la distinción entre razones y garantía es la misma que se establece en la argumentación jurídica entre enunciados de hecho y normas, esta distinción jurídica vendría a ser un caso especial de una distinción más general.

Así, el proponente tendrá que mostrar que su garantía es superior a cualquier otra, para ello deberá indicar el campo general de información o el respaldo que está presupuesto en la garantía aducida y que variará según el tipo de argumento. En el ejemplo mencionado el respaldo puede considerarse como la disposición normativa que se contiene en la ley sustantiva, pues si alguien muere sin dejar testamento, entonces su hijo tiene derecho a recibir la herencia. Por ello que el respaldo puede expresarse en la forma de enunciados categóricos sobre hechos, mientras que la garantía no es, una simple repetición de los hechos registrados en el respaldo, sino que tiene un carácter práctico y muestra de qué manera se puede argumentar a partir de tales hechos. Y aunque tanto el respaldo como las razones se refieran a hechos, se distinguen entre sí, entre otras cosas, porque mientras que siempre se necesita alguna razón para poder hablar de argumento, el respaldo sólo se hace explícito si se pone en cuestión la garantía.

viernes, 6 de mayo de 2011

LA TRANSMISIÓN DE IDEAS DE FORMA VERBAL

Las actividades que realizamos cotidianamente implican el intercambio continuo de mensajes que van desde los más simples como el saludar, hasta los más complejos como la transmisión de un tema a través de ideas que deben ser claras para que el mensaje se reciba con el objetivo deseado, esto es, que el receptor lo entienda como el emisor quiere que sea recibido el mensaje. En esta cadena de actos comunicativos, lo que se espera es la que transmisión y la comprensión sean efectivas.

En ese sentido, un factor muy importante para que el mensaje sea recibido con la intención que quiere el emisor es la precisión en el lenguaje, procurando usar las palabras de la forma más idónea y concreta en cada caso.

Hay ciertas recomendaciones que ayudarán a ser precisos en la transmisión de las ideas o del mensaje y que son las siguientes: transmitir una idea por frase, o diversas frases para una, pero nunca diversas ideas en una sola frase; la explicación debe basarse más en las acciones y no en las abstracciones; usar un lenguaje concreto, evitando las vaguedades y las exageraciones; evitar las muletillas o palabras-comodín.

Uno de los vicios más comunes al expresarse oralmente, es el uso de las muletillas, esto es, las palabras o frases que se repiten de manera continua en una exposición y que tienen efectos negativos en el auditorio. Sin embargo, las muletillas, también son de tipo corporal, por ejemplo tener las manos dentro de los bolsillos de la ropa, tocarse frecuentemente partes de la cara o del cuerpo, entre otros muchos vicios parecidos que dan como resultado en cierto sentido el encubrimiento de dudas, vacíos o vicios en la expresión de ideas del emisor, aunque también pueden ser producto de los nervios.

Así también, uno de los instrumentos más importantes en una expresión oral, es el manejo y volumen de la voz del emisor, pues su empleo modulado y correcto ayudará a mantener la atención del auditorio y a enfatizar aquellos puntos que se interese destacar. Por ello, la entonación también tiene un papel relevante, porque con ésta se darán distintas elevaciones del tono de la voz a fin de conseguir variedades de la misma con lo que se puede potenciar la expresividad del emisor en sus intervenciones.

Es necesario llevar una secuencia lógica en la transmisión de las ideas para que al momento de transmitirlas se obtenga el resultado deseado, que es una exposición clara y entendible de las mismas. Los objetivos que persiga el expositor serán de gran relevancia para no saltar de un tema a otro y que con ello no sea entendible su exposición. Considero que el uso de ejemplos también será una herramienta útil para concretar el tema y darle más claridad.

También el interés que tenga el auditorio en el tema que se exponga, será de gran importancia, pues cuando se carece de éste, aún cuando el emisor sea claro y preciso, el mensaje no llegará al receptor.

sábado, 30 de abril de 2011

LA ARGUMENTACIÓN JURÍDICA DE ROBERT ALEXY

Robert Alexy elabora una teoría de la argumentación práctica general que proyecta luego al campo del derecho. Por lo cual, el resultado al que llega la tesis central de su concepción, consiste en considerar el discurso jurídico, a la argumentación jurídica, como un caso especial del discurso práctico general, esto es, del discurso moral. Esta aproximación hace que la concepción de Alexy se trate de una teoría más articulada y sistemática, en la cual no pretende elaborar simplemente una teoría normativa de la argumentación jurídica que permita distinguir los buenos de los malos argumentos, sino una teoría que sea también analítica que penetre en la estructura de los argumentos y que también se descriptiva, esto es, que incorpore elementos de tipo empírico.

Alexy distingue seis grupos de reglas y formas de la justificación externa, según que las mismas se refieran a la interpretación, a la argumentación dogmática, al uso de los precedentes, a la argumentación práctica general, a la argumentación empírica o a las formas especiales de argumentos jurídicos. La argumentación práctica general constituye el fundamente mismo de la argumentación jurídica. Por lo que se refiere a la argumentación empírica, Alexy concede que la misma tiene una gran relevancia tanto en la argumentación jurídica como en la argumentación práctica general, pero no elabora reglas y formas específicas, sino que se limita a constatar que lo que rige es la regla, que autoriza a pasar en cualquier momento de la argumentación a un discurso empírico.

Si bien la argumentación jurídica es una exigencia de la racionalidad práctica, en cuanto que permite, para la resolución de las cuestiones prácticas, ir más allá de donde deja las cosas el discurso práctico general, el discurso jurídico tiene también sus límites, una solución que se haya alcanzado respetando sus reglas es una solución racional, pero las reglas no garantizan que en cada caso se pueda llegar a una única respuesta correcta.

La pretensión de corrección que se plantea en el discurso jurídico no es sólo una pretensión limitada en el sentido de que se efectúa bajo las exigencias señaladas por la ley, la dogmática y los precedentes y, en general, bajo los límites de las reglas del discurso jurídico, sino que, además, es relativa a los participantes en el discurso, en el sentido de que el resultado depende de ellos y, por tanto, de sus convicciones normativas, a un determinado momento temporal donde el resultado del discurso puede ser distinto en el tiempo y, finalmente, en la mayoría de los casos, el procedimiento no puede realizarse en la práctica.

Pero estas dificultades, en opinión de Alexy, no desacreditan en absoluto a la teoría del discurso, dado que el que sean posibles discursivamente diversas respuestas no significa que todas sean posibles.

Asimismo, Alexy sostiene que la forma característica de aplicación de los principios es la ponderación. Aunque si bien no es posible construir una teoría de los principios que establezca una jerarquía estricta entre ellos, sí cabe establecer un orden débil entre los mismos que permita su aplicación ponderada, de manera que sirvan como fundamento para decisiones jurídicas y no un uso de los mismos puramente arbitrario.

Dicho orden tiene tres elementos, el primero es un sistema de condiciones de prioridad, que hacen que la resolución de las colisiones entre principios en un caso concreto tenga también importancia para nuevos casos.

El segundo se refiere a un sistema de estructuras de ponderación que derivan de la consideración de los principios como mandatos de optimización en relación con las posibilidades fácticas y jurídicas, en estas posibilidades fácticas, se dan dos reglas que suponen el paso del campo de la subsunción y la interpretación al de la decisión racional, y las posibilidades jurídicas, se refieren a la obligación de optimización que corresponde al principio de proporcionalidad que se expresa en la ley de ponderación: “Cuanto más alto sea el grado de incumplimiento o de menoscabo de un principio, tanto mayor debe ser la importancia del cumplimiento del otro”.

Y finalmente, el tercero es un sistema de prioridades prima facie en donde la prioridad establecida de un principio sobre otro puede ceder en el futuro, pero quien pretenda modificar esa prioridad tiene la carga de la prueba.

viernes, 29 de abril de 2011

LA RECOPILACIÓN DOCUMENTAL EN UN TRABAJO DE INVESTIGACIÓN

La recopilación documental como técnica de investigación, es un instrumento cuya finalidad es obtener datos e información a partir de documentos escritos y no escritos, que pueden ser utilizados dentro de los propósitos de una investigación en concreto.

En algunas ocasiones puede no ser tan útil cuando no se ha seleccionado debidamente el material conforme al problema que se desea estudiar, por lo que hay que evitar el hábito coleccionista y la búsqueda a ciegas. Para la recopilación de información es fundamental tener siempre presente la finalidad de la investigación, esto permitirá determinar lo que es apropiado, también es útil para ahorrar esfuerzos, sugerir problemas e hipótesis y ayudar a elaborar los instrumentos para la investigación. Es así que, puede ser transferido a una amplia variedad de preguntas y una hipótesis puede ser comprobada de muchas formas.

Es así, que es necesario hacer la distinción entre las fuentes primarias como las secundarias, las primeras son las que proporcionan datos de primera mano y ofrecen la garantía de la institución o investigador responsable de la recopilación, en tanto que las fuentes secundarias, es cuando se recurre a datos ya publicados o han sido recopilados por otros y están sujetas a error en proporción a la distancia de su alejamiento de la fuente primaria.

Por tanto, la utilidad del examen crítico de las fuentes documentales es indispensable en las ciencias sociales, y que casi todos los datos tienen carácter secundario, por lo que se deben tomar precauciones para establecer el valor de las fuentes documentales.

La interpretación adecuada de los resultados requiere un conocimiento de las circunstancias no registradas que rodean a los hechos anotados. Es conveniente tener presente que la parcialidad puede ser consciente o inconsciente. Es de gran importancia tener en cuenta el sesgo institucional que pueden tener las estadísticas.

En cuanto al análisis crítico de los documentos escritos, se debe examinar en un doble sentido: la autenticidad del texto o documento y el contenido en sí mismo, así como evaluar la fiabilidad de los mismos, ya que la mayoría de este tipo de documentos no han sido elaborados por investigadores sociales.

Asimismo, se deberá tomar en cuenta hacer un análisis crítico de los documentos personales. Por lo cual se establecen cinco tipos de circunstancias que pueden predisponer al investigador a considerar veraces las declaraciones al informante y que son: cuando la verdad de una declaración se vincula con una indiferente para el testigo, cuando una declaración es perjudicial para el informante o para sus intereses, cuando los hechos tratados son cuestiones de conocimiento público, cuando la parte de la declaración que más interese al investigador es incidental e intrínsecamente probable, y cuando el informante hace declaraciones contrarios a sus expectativas y anticipaciones. Esto es, algunas normas principales para la consideración crítica son: cuándo ha sido escrito, con qué fin, situación del protagonista en la coyuntura a que se refiere, carácter y rasgos psicológicos del autor, saber si se han publicado otras memorias sobre los mismos hechos y finalmente, distinguir los hechos de los que el autor fue protagonista o testigo directo.

sábado, 16 de abril de 2011

LA NUEVA RETÓRICA DE PERELMAN

Perelman hace la distinción entre razonamientos analíticos o lógico formales y de razonamientos dialécticos o retóricos, por ello que centra su teoría de la argumentación en estos últimos.

Su objetivo fundamental es el de ampliar el campo de la razón más allá de las ciencias deductivas y de las ciencias inductivas o empíricas, para poder dar cuenta también de los razonamientos que se presentan en las ciencias humanas, en el derecho y en la filosofía.

Lo que a este teórico le interesa concretamente, es la estructura, la lógica, de la argumentación, y no los aspectos psicológicos de la misma. Por ello parte de la idea de que el análisis de los razonamientos que utilizan los políticos, jueces o abogados debe ser el punto de partida para la construcción de una teoría de la argumentación jurídica.

Así, la lógica formal se mueve en el terreno de la necesidad, por lo cual un razonamiento lógico deductivo, o demostrativo, implica que el paso de las premisas a la conclusión sea necesario, esto es, si las premisas son verdaderas, entonces también lo será, necesariamente, la conclusión. Por el contrario, la argumentación en sentido estricto se mueve en el terreno de lo simplemente plausible. Los argumentos retóricos no tratan de establecer verdades evidentes, pruebas demostrativas, sino de mostrar el carácter razonable, plausible, de una determinada decisión u opinión. Por eso, en la argumentación es fundamental la referencia a un auditorio al que se trata de persuadir. En ese sentido, Perelman elige para designar su teoría el nombre de retórica en lugar de el de dialéctica, debido a la importancia que concede a la noción de auditorio, en tanto que el término de dialéctica le parece más equívoco.

Perelman también hace la distinción clásica entre tres géneros oratorios, el deliberativo que se da ante la asamblea, el judicial que es ante los jueces y el epidíctico que es ante espectadores que no tienen que pronunciarse, los cuales se efectúan desde el punto de vista de la función que respectivamente juega el auditorio en cada uno de ellos. Por tal motivo, concede una considerable importancia al género epidíctico, sobre todo cuando el discurso parte de la adhesión previa del auditorio, pues el fin de la argumentación no es sólo conseguir la adhesión del auditorio, sino también acrecentarla. Sin embargo, la clasificación más importante de tipos de argumentación que efectúa Perelman se basa en la distinción entre la argumentación que tiene lugar ante el auditorio universal, la argumentación ante un único oyente que se expresa en el diálogo y la deliberación con uno mismo.

De igual forma, menciona que el derecho se desarrolla equilibrando una doble exigencia, de orden sistemático, que es la elaboración de un orden jurídico coherente y la de orden pragmático, que es la búsqueda de soluciones que sean aceptables. Por lo cual, sostiene que el juez en el desarrollo de su función como aplicador del derecho debe tomar en cuenta que la ley no constituye todo el derecho, sino que solamente es su principal instrumento que lo guía, pues además dispone de acuerdo al caso concreto, poder para flexibilizarla, extenderla o restringir su alcance para conciliar el respeto de los textos con la solución más equitativa o más razonable del caso concreto.

viernes, 15 de abril de 2011

EL CRONOGRAMA EN UNA INVESTIGACIÓN

El cronograma o también llamado como la ruta crítica en una investigación, permite conocer el avance o progreso alcanzado en ésta, en cada una de sus etapas o en su defecto los problemas que impidieron su desarrollo y en consecuencia comprobar las causas que imposibilitaron su cabal cumplimiento. Esto permite reconducir la labor tendiente a la elaboración de la tesis mediante el cual se obtendrá el título  o grado correspondiente.

En esencia contiene el tiempo que se empleara en la elaboración del trabajo de tesis, para lo cual se deberá tomar en cuenta las horas de trabajo diarias que a éste se dedicarán.

Es recomendable elaborar un cronograma por mes, por semana o incluso por día, en ellos se deberán plasmar los objetivos o metas que se busquen obtener y de ahí partir para realizar las actividades que se realizarán para conseguir esos objetivos; entonces, las metas tendrán que ser evaluables o medibles. Lo recomendable también será desplazar o reemplazar actividades que permitan destinar el tiempo suficiente para la consecución de los objetivos, para ello, debemos estar conscientes de las actividades que están ocupando en ese momento el tiempo que se pretende utilizar en la planeación de las nuevas actividades de la investigación.

En ese sentido, se pueden hacer estrategias por exclusión de otras actividades que no sean necesarias en ese momento, lo que también llevará a no poner pretextos para no hacer la investigación. De ahí la importancia en que si no somos capaces de insertar la investigación en nuestra vida o actividades cotidianas, no se lograrán los objetivos deseados.

Una vez determinado el tiempo que se le destinará se debe considerar en primer lugar, el tiempo que se dedicará para el acopio de las fuentes que se van a utilizar en cada una de las etapas contempladas en el proyecto y a continuación el que implica la redacción de cada una de los capítulos del trabajo.

Así, otro aspecto importante son las fuentes del conocimiento empleadas, por lo cual éstas deberán ser ordenadas alfabéticamente, además se recomienda organizarlas en material citado y material consultado, ya que muchas veces se revisan diversos documentos, que no se citan a pie de página. Esta última sugerencia es válida para la elaboración y presentación del trabajo de tesis, cuando la consulta de fuentes ha sido exhaustiva.

Se recomienda clasificarla en bibliografía; diccionarios y enciclopedias; hemerografía; legislación y jurisprudencia; y otras fuentes, en este apartado se anotan todas aquéllas que no se pueda ubicar entre las anteriores, por ejemplo la información recaba por Internet, entrevistas, entre otras.

sábado, 9 de abril de 2011

TEORÍA DE LA ARGUMENTACIÓN DE MANUEL ATIENZA

Es importante tener en cuenta que el interés que ha existido por la argumentación jurídica se ha visto incrementada en las más recientes décadas, ya que a mediados del siglo pasado, se produjo un resurgimiento en la aplicación de la lógica al Derecho debido a la posibilidad de aplicar las herramientas de una nueva lógica matemática y como consecuencia del nacimiento de la lógica deóntica o la lógica de las normas. De ello, que cuando se habla en la actualidad de argumentación jurídica se hace referencia a un tipo de investigación que no se limita al uso de la lógica formal que sería solamente una parte de la misma ni que se contraponga a ella.

Por lo anterior, Manuel Atienza considera una parte fundamental de la experiencia o ámbito jurídico a la argumentación, buscando con ello conectar la actividad argumentativa con los procesos de toma de decisión, de resolución de problemas jurídicos, pero que en cierta medida las relativiza, siendo así que el enfoque argumentativo del Derecho propuesto, consiste en considerar los problemas del método jurídico desde su vertiente argumentativa.

Así también, sostiene que existe una diferencia entre lo que es la argumentación jurídica y la lógica jurídica, pues ésta trata a uno de los temas clásicos del pensamiento jurídico, que se aborda de una manera muy diferente a la primera, de acuerdo a la cultura jurídica y época en que se sitúe. Señala que otro de los enfoques pueden referirse a tratar a la argumentación como una actividad o una técnica dirigida a establecer o descubrir las premisas, como una técnica dirigida a persuadir a otros de determinada tesis o bien, como una interacción social, un proceso comunicativo que se da entre diversos sujetos con un desarrollo basado en ciertas reglas.

Asimismo, realiza una distinción básica entre lo que es la argumentación jurídica y el método jurídico, donde la primera se centra en el discurso jurídico justificativo, principalmente el de los jueces, en tanto que el segundo, hace referencia a otra serie de operaciones llevadas a cabo por los juristas y que no tienen un carácter argumentativo. En ese sentido, señala que a finales de la década de los setentas del siglo pasado, se elaboró la denominada “Teoría estándar de la argumentación jurídica” que surge de la distinción entre la decisión y el discurso referido o conectado con la decisión, así como entre el de carácter justificativo, el descriptivo y el explicativo.

Dentro de la idea de elaborar una «Teoría de la Argumentación del Derecho», Atienza presenta un análisis de las tres concepciones del Derecho (formal, material y pragmática), que bien diferenciados podrían ser utilizados para responder las tres interrogantes de dicha Teoría: ¿cómo analizar una argumentación jurídica ? ¿cómo evaluarla ? y ¿cómo argumentar el Derecho?
La Teoría de la argumentación de Atienza distingue el concepto o noción, en especial la argumentación, de concepciones que se aplican en el contexto. La idea para la noción de la argumentación es tomar elementos comunes, presentes en todas las situaciones o poder hablar de argumentación (la noción de argumentación después la lógica, la psicología, lingüística, el Derecho y también en la vida diaria), y en sustitución hay cuatro aspectos comunes:

1.- Argumentar es el uso del lenguaje (oral, escrito); pero se necesita utilizarla de cierta manera.
2.- Una argumentación presupone siempre un problema que conlleve la necesidad de argumentar.
3.- La argumentación puede verse como una actividad de argumentar o como el resultado de esa actividad: el argumento en el que se necesita distinguir tres elementos: las premisas, la conclusión y la inferencia (la manera de pasar de los argumentos a la conclusión).
4.- Argumentar es una actividad racional, en la cual existen criterios para evaluar si una argumentación es buena o no, o si es mejor o peor.

La distinción entre concepto y concepciones se apoya sobre la idea de que los elementos citados y que están presentes en todos los tipos de argumentación pueden ser interpretados de diferentes formas y son precisamente esas formas de interpretar que reemplazan a las concepciones, es pues, la clave para distinguir las concepciones unas de otras y la relación entre el problema y la argumentación.

viernes, 8 de abril de 2011

IMPORTANCIA DE TENER UN PLAN DE TRABAJO PARA REALIZAR UNA INVESTIGACIÓN

Cuando se comienza a elaborar un protocolo o proyecto de investigación, es muy importante también elaborar un plan de trabajo que nos conduzca a fijar metas específicas a corto y a largo plazo para su realización y conclusión, esto es, se trata de organizar el tiempo y las actividades que hacemos para adecuarlas a la etapa en la que en ese momento nos encontramos.

Por tanto, es trascendente que el plan de trabajo sea realista y que la programación de las actividades que se van a desarrollar en la investigación se cumplan de acuerdo a dicha programación o se ajusten lo más posible para lograrlo. En ese plan de trabajo se debe exponer el cuándo, el dónde y el cómo se van a desarrollar todas las actividades que se planean realizar y al mismo tiempo, se debe ajustar a las condiciones actuales de la realidad.

Así, para la elaboración del plan de trabajo, primero se deberá identificar el o los lugares y los horarios que sean más propicios para realizar la investigación, esto evidentemente dependerá de las características de cada persona, pues para algunos es mejor llevar a cabo la investigación por las mañanas, para otros por las tardes y para otros por las noches.

Los pasos básicos, considero que son dos: El 1º es extraer el número de horas por día, por semana o por mes que se destinarán a la investigación. El 2º es la elaboración del trabajo mediante plazos generales, esto es, planear a través de metas que sean evaluables.

Uno de los inconvenientes que conllevan a no tener un control sobre la investigación, es que en general, no se tiene una planeación, esto es, tener un plan de trabajo, en el que previamente se hayan fijado horarios, actividades específicas y metas que nos guíen, tampoco se tiene la costumbre por dosificar el trabajo que se hace, por ejemplo en muchas ocasiones se pretende trabajar en un día, lo que no se hizo en dos semanas, lo cual se traduce en diversos problemas como la saturación de información y con ello, la falta de claridad en las ideas, entre otras tantas.

Por lo anterior, considero que lo más recomendable es ser constantes, esto es,  ir desarrollando poco a poco la investigación, tratar de organizar nuestro tiempo y horario, tener la firme convicción de llevar a cabo todas las actividades que fueron planeadas y cumplir con las metas en el tiempo establecido.

Es también importante tomar en cuenta un margen extra de tiempo para concluir la investigación, pues en ciertos momentos será inevitable que puedan suceder contratiempos que impidan el logro de las metas establecidas, aunque lo más recomendable será hacer todo lo posible por no rebasarlo, pues lo contrario, dará como resultado que no se concluya el trabajo en el tiempo fijado y lo peor, que se extienda demasiado ese tiempo en el que no sea visible por ningún lado su conclusión.

sábado, 2 de abril de 2011

DISTINCIÓN ENTRE EL CONTEXTO DE DESCUBRIMIENTO Y EL CONTEXTO DE JUSTIFICACIÓN EN LA ARGUMENTACIÓN JURÍDICA

La distinción entre el contexto de descubrimiento y el contexto de justificación, se refiere básicamente a la explicación y a la justificación respectivamente que se realiza al momento de llegar a una determinada decisión o resolución. No coincide con la que se hace entre el discurso descriptivo y el prescriptivo, sino que tanto en relación con uno como con otro contexto, se puede adoptar una actitud descriptiva o prescriptiva. Por ejemplo, se puede describir cuáles son los motivos o las razones que llevaron al juez a dictar una resolución en un sentido determinado, lo cual implica explicar su conducta, pero también se puede prescribir o recomendar determinados cambios procesales para evitar que las ideologías de los jueces tengan un peso excesivo en las decisiones a tomar, como por ejemplo, haciendo que tengan más relevancia otros elementos que forman parte de la decisión, o proponiendo ampliar las causas de recusación de jueces.

También se puede describir en cómo el juez fundamentó su decisión, esto es, en qué razones se basó para argumentar el valor de ciertos principios o valores fundamentales, como por ejemplo el de la vida humana debe prevalecer sobre otro valor como el de la libertad personal, o bien, puede prescribir o sugerir cómo debería haber fundamentado el juez su decisión, esto es, expresar los motivos que tenía para haberse basado en otra interpretación de la Carta Magna o de otra normatividad, que subordina en el caso del ejemplo, el valor de la vida humana al valor libertad personal.

Sin embargo, en todo caso la distinción entre el contexto de descubrimiento y el contexto de justificación nos permite, distinguir dos perspectivas de análisis de las argumentaciones. Por un lado está la perspectiva de determinadas ciencias sociales, como la psicología social, que han diseñado diversos modelos para explicar el proceso de toma de decisiones al que se llega, en parte, por medio de argumentos. Y por el otro, está la perspectiva de otras disciplinas que estudian bajo qué condiciones un argumento puede considerarse justificado. Aquí, a su vez, cabría hablar de una justificación formal de los argumentos, esto es, cuándo un argumento es formalmente correcto y de una justificación material, es decir, cuándo puede considerarse que un argumento, en un campo determinado, resulta aceptable.

Lo anterior permitiría distinguir entre la lógica formal o deductiva, así como lo que a veces se llama lógica material o informal, en donde se incluirían cosas tales como la tópica o la retórica. De esta forma, estamos hablando de la teoría estándar de la argumentación jurídica, la cual se sitúa precisamente en el contexto de justificación de los argumentos y, en general, suele tener pretensiones tanto descriptivas como prescriptivas. En otras palabras, parten del hecho de que las decisiones jurídicas deben ser y pueden ser justificadas, por lo cual se oponen tanto al determinismo metodológico, esto es, que las decisiones jurídicas no necesitan justificación porque proceden de una autoridad legítima o son el resultado de simples aplicaciones de normas generales, así como se oponen a la decisión metodológica en donde las decisiones jurídicas no se pueden justificar porque son puros actos de voluntad.

viernes, 1 de abril de 2011

OBSTÁCULOS O PROBLEMAS QUE SE PRESENTAN PARA REALIZAR UN TRABAJO DE INVESTIGACIÓN

Al realizar un trabajo de investigación se pueden presentar diversos obstáculos que pueden retrasar su avance o conclusión. Por lo general, esos obstáculos pueden ser de carácter metodológico, en donde el investigador se desvíe del objetivo principal a desarrollar, de ahí la importancia que se tenga en saber cuál es el objetivo general y los específicos, así como la delimitación temporal y espacial del trabajo, pues lo contrario llevaría a desarrollar temas que no se ajustan a dichos objetivos.

Independientemente de los problemas metodológicos, existen los obstáculos psicológicos que el investigador se impone y se crea a sí mismo. Tal vez, en alguna o muchas ocasiones hemos oído hablar a alguien que se encuentra haciendo una investigación o más específicamente una tesis para obtener un título o grado, después de un largo tiempo (años) volvemos a saber que esa persona aún no concluye con dicha tesis, por lo cual surgen dudas del por qué no la ha concluido, así que le preguntamos. Las respuestas son innumerables, pero en específico, las explicaciones o pretextos coinciden en que no han tenido tiempo debido al trabajo, no encuentran información relativa al tema e incluso la responsabilidad la delegan a terceros.

Esto es, realmente se trata de un sabotaje psicológico a ellos mismos, pues creen firmemente en muchos casos, que la investigación es difícil y complicada, lo cual en algunas ocasiones hace que abandonen esa investigación y empiecen con otro tema que piensen es más fácil. Aquí, yo creo que lo importante es hacer un trabajo sobre una materia que sea del agrado e interés del investigador, pues eso puede ser una motivación que no permita abandonar tan fácilmente el trabajo.

También creo que esos pretextos para no darle continuidad a la investigación se debe a la falta de organización sobre el tiempo de las actividades, ya sean laborales o de cualquier otra especie. Otro factor importante, considero que es el no darle la importancia que merece la investigación y dejarla en el último lugar de la lista de nuestras actividades, esto es, no darle ninguna prioridad y preferir hacer cualquier otra cosa y si bien es importante realizar las actividades cotidianas, así como cumplir con compromisos laborales y familiares, lo cierto es que también implica una responsabilidad esa investigación a la cual en un momento nos comprometimos a realizar y que al concluirla nos llevará a una satisfacción personal y profesional.

Por ello, es importante romper con esas barreras que nosotros mismos nos creamos. El darle prioridad a la investigación sobre algunas o muchas actividades que tenemos, así como el organizar nuestro tiempo, serán herramientas muy valiosas que nos ayuden a finalizar ese trabajo que pensamos es muy difícil. Aunque también considero que es muy importante el querer llevar a cabo ese trabajo, pues cuando no se tiene la convicción de ello, por mucho tiempo del que se disponga, siempre habrá esa enorme cantidad de pretextos que no permitan realizar y menos concluir con la investigación.

sábado, 26 de marzo de 2011

LA FALACIA EN LA ARGUMENTACIÓN

En la argumentación es frecuente que se pueda incurrir en falacias, éstas entendidas como el hábito de apelar a las falsedades para causar un daño. Por ello, la importancia de tratar de distinguirlas en el contexto argumentativo.

En ese sentido, en la lógica, una falacia es un sofismo, esto es, una refutación aparente que se utiliza para defender algo falso, exponiendo premisas falsas como verdaderas. Se trata de un razonamiento que aparenta ser lógico, pero cuyo resultado es independiente de la veracidad de las premisas. La falacia lógica, por lo tanto, supone una aplicación incorrecta de un principio lógico válido. También puede estar formada por la aplicación de un principio inexistente.

En lógica, un error en el razonamiento, o con mayor precisión, un fallo cometido en el proceso que surge desde las premisas de un argumento a su conclusión y como consecuencia de esta falacia, las premisas dejan de justificar la conclusión.
Las falacias formales entonces, son aquellas en que el argumento viola una norma del sistema lógico del que el argumento es parte y pueden producirse por distintos motivos. En argumentos donde la primera premisa es una proposición hipotética puede darse la falacia de afirmar su consecuencia.

Así, un razonamiento que contiene una falacia se considera erróneo. La presencia de una falacia lógica en un razonamiento no implica necesariamente nada acerca de la veracidad de las premisas o de su conclusión, púes ambos pueden ser ciertos, pero el razonamiento no es válido porque la conclusión no se deriva de las premisas usando los principios de inferencia previamente presentados.

El reconocer falacias en razonamientos prácticos puede ser difícil ya que el discurso está normalmente estructurado siguiendo patrones retóricos que ocultan las conexiones lógicas entre las afirmaciones. También, las falacias pueden aprovechar emociones o debilidades intelectuales o psicológicas en el interlocutor, aunque tener la capacidad de reconocer falacias lógicas en razonamientos puede disminuir la probabilidad de que esto ocurra, esto es, suelen enmascarar engaños, falsedades, o estafas y el poderlas reconocer será de gran ayuda para no ser engañado.

De igual forma, es importante tener en cuenta que las falacias que incluyen generalizaciones estadísticas se aplican por el emisor del mensaje porque la generalización no es siempre verdadera. Así que, cuando el emisor trata una generalización estadística como si siempre fuera real, éste incurrirá en falacia.

viernes, 25 de marzo de 2011

PLANTEAMIENTO PRELIMINAR DEL PROBLEMA EN UN TRABAJO DE INVESTIGACIÓN

Uno de los mejores procedimientos para conocer la realidad es el planteamiento de problemas, cuyo procedimiento será visualizar el problema como un todo, fijar el propósito final, el objetivo, la justificación que anima su estudio, la investigación y su eventual resolución. También se deberá hacer la división conceptual, esto es, separar las partes principales del problema para después reintegrarlas.

Así, el título de la tesis puede ser una palabra o dos o más conceptos, una frase compuesta o una oración, de ahí, se pasa a la elaboración de preguntas y respuestas tentativas.

Una vez seleccionado el problema, hay que formular preguntas generales y luego, más concretas relacionadas con ese campo y con el de otras disciplinas ligadas a la ciencia que estudia específicamente el problema escogido, para que con ello se determine el alcance de la explicación. La jerarquización rigurosa de las preguntas permite ordenar, sistematizar, clasificar y regular la información para sustentar las proposiciones básicas para la elaboración de la tesis.

En ese sentido el PROBLEMA, es una cuestión que se trata de aclarar, una proposición o dificultad de solución dudosa. Para resolverlo técnica y científicamente se necesita encerrar la solución por medio del conocimiento teórico y empírico, así como asentar por escrito el problema para después dividir sus elementos básicos y circunstanciales. Para ello, se necesita: Consultar libros y documentos, Hacer observaciones, Estudiar los experimentos que se han realizado en torno al tema y, Decidir si es significativo el problema.

Por su parte, el proceso de división conceptual del problema consiste en fijar la idea principal, los supuestos básicos en que se fundamenta la argumentación inicial en relación con el problema planteado, los supuestos accesorios y accidentales, después se deberá cuestionar la validez de las proposiciones por medio de preguntas concretas. Posterior a dicha división conceptual se tendrá que definir de manera preliminar el concepto principal que se maneja.

La revisión de textos afines permitirá encontrar definiciones que constituyen instrumentos, para llegar a hacer definiciones reales propias u operacionales, aclarar aspectos, establecer relaciones pertinentes, con el objeto de saber si el problema no ha sido ya resuelto y saber las teorías que se han elaborado en ese campo. Una vez conformado y delimitado conceptualmente el problema, se deberán formular nuevas preguntas aplicando tópicos, al contestar las preguntas de manera positiva, se deduce teóricamente la naturaleza del problema, lo que permite abordarlo integralmente.

¿CÓMO PREGUNTAR? La base de ello son los tópicos: qué (sirve para determinar el objeto de estudio, puede contestarse indicando el sujeto de la oración si es una cosa o al verbo), quién (puede contestarse con referencia al sujeto de la oración si es una persona o al objeto directo), cómo, cuándo, cuánto, dónde, por qué, y para qué, así como sus modalidades: desde cuándo, desde dónde, por qué, para quiénes, qué cosas, a quiénes, por quiénes, entre otros. Las palabras más concretas son los verbos, sustantivos y adjetivos calificativos y en menor medida los adverbios.

¿CÓMO CONTESTAR A BASE DE PROPOSICIONES? Para contestar lógicamente a las preguntas formuladas es necesario considerar los elementos de la pregunta, los que a su vez se convierten en elementos disponibles para su contestación sistemática. Para esto, será necesario jerarquizar y distinguir las preguntas fundamentales, accesorias y accidentales, para de esta forma tener una visión global del fenómeno que se está estudiando. Por ello, distinguir las partes integrantes de la pregunta permite dar respuestas tentativas basadas en el conocimiento e información que se tiene de una manera regular y espontánea conduciendo a emitir juicios generales.

Por otra parte, se deben hacer proposiciones concretas para formular juicios lógicamente estructurados relacionando sujeto y predicado que afirme o niegue, las proposiciones pueden ser provisionales, intermedias e instrumentales y se distinguen de los juicios, por tener explícitos los verbos ser o estar. Según su grado de certeza se clasifican en: categóricas (certeza absoluta), conjetural (certeza posible) e hipotética (certeza probable).

¿CÓMO HACER LA DELIMITACIÓN ESPACIO-TEMPORAL? Cuando se precisa el campo teórico correspondiente al problema planteado, se deberá delimitarlo espacial y temporalmente. Para encontrar la posición de un hombre o de un fenómeno social en el espacio social, es necesario definir sus relaciones con otros hombres, con los hechos y los fenómenos sociales elegidos como puntos de referencia, tales como un hombre, un grupo de hombres o varios grupos, una clase social o varias de éstas. Para clasificar los hechos en el tiempo se deberá tomar en cuenta un número finito y discontinuo. De igual forma, será conveniente fijar los objetivos y especificar los fines dependiendo de los intereses teóricos o prácticos que se persigan.

En resumen tenemos que para el planteamiento del problema se deben seguir los siguientes pasos:
1° Utilizando los tópicos se hacen preguntas para saber lo problemático del tema, 2° Contestar las preguntas de manera tentativa, usando proposiciones, así como distinguir y jerarquizar lo que realmente se sabe, lo que implica y lo que se quiere saber,
3° Determinar fines y objetivos y,
4° Justificar el por qué y para qué se quiere estudiar e investigar ese problema, tomando en cuenta la información que se maneja, los esquemas teóricos que se conocen, los juicios de valor que se sostienen, la capacitación metódica y técnica que se tiene y, el tiempo de que se dispone.

sábado, 19 de marzo de 2011

LA INTERPRETACIÓN Y SUS MÉTODOS

Una actividad cotidiana que se realiza cuando no es claro algún texto, se refiere a la interpretación que es explicar o declarar el sentido de algo y principalmente el de textos poco claros, esto es, la atribución de otorgar un significado personal a los datos contenidos en la información que se recibe. Así, siendo la interpretación una actividad humana, ésta proviene de la persona o el sujeto que la realiza, o sea, el intérprete.

En ese sentido, la interpretación en el ámbito jurídico significa esclarecer el sentido de una norma jurídica que es decisivo para la vida jurídica y, por tanto, también para la resolución judicial. En otras palabras, es la técnica que conduce a la comprensión del sentido de la norma jurídica, entendiendo ese sentido como aquello que se debe encontrar, desentrañar, descubrir o develar a través de la Interpretación jurídica, en una concepción amplia se pretende expresar no solamente a hacia qué extremo y en qué dirección apunta una norma sino en general cuál es el alcance y el significado cierto de la norma jurídica.

Por lo que respecta a los MÉTODOS de la interpretación, se han desarrollado varios como el gramatical, el lógico, el sistemático, el histórico y el teleológico.

Entonces, el gramatical o literal, es aquél que a través de su utilización se persigue descubrir el significado y sentido de la norma a través del estudio y análisis de la letra de su propio texto. En general será el primer método al que el intérprete recurra, pues, si gramaticalmente la norma es clara e inequívoca en su mensaje, no existirá motivo para seguir midiéndola por los otros métodos interpretativos, ya que en aquel caso, estos métodos, si conducen a otro mensaje, sólo podrán terminar distorsionando el innegable sentido de la norma interpretada.

El lógico también se utiliza para desentrañar el significado de una norma en atención a lo dispuesto en otra u otras normas del ordenamiento jurídico, pues la lógica que con gran nitidez es posible advertir en éstas sirve para ser aplicada a la norma obscura cuyo significado se intenta descubrir.

El sistemático es en el cual el intérprete se orienta no por una u otras normas en particular de uno u otro ordenamiento que es como hace cuando recurre al método lógico, sino orientándose por los principios que rigen un sistema, es decir, en los lineamientos por los que éste se rige o en los que se inclina en su conjunto, por lo que queda claro que la diferencia entre los métodos de interpretación lógico y sistemático consiste en que este último es más genérico, en tanto que aquél es más específico, delimitado y concreto.

En el histórico se pretende interpretar la norma recurriendo a sus antecedentes, como las ideas de sus autores al concebir o elaborar los proyectos, los motivos que propiciaron la redacción y emisión de la ley, informes, debates, entre otros. De ello la importancia que tiene para averiguar el sentido de la ley normativamente decisivo y, sobretodo, la intención reguladora del legislador y las decisiones valorativas por él encontradas.

El teleológico es el que pretende llegar a la interpretación de la norma a través del fin de la misma, buscando en su espíritu, que es la finalidad por la cual la norma fue incorporada al ordenamiento jurídico.

El sociológico es aquel que se realiza atendiendo a los requerimientos de la realidad social del momento actual en que se vive.

Finalmente, en cuanto a la interpretación constitucional, la doctrina coincide en señalar que tratándose de la aplicación de las normas constitucionales, la actividad interpretativa abarca tanto el texto constitucional como la ley o acto cuya constitucionalidad se discute, por eso dicha interpretación se desenvuelve en un doble aspecto, uno es el que determina el sentido y alcance de un precepto constitucional y el otro, el de una ley o acto. De ello, que el juez deba elegir entre los diversos sentidos que ofrece la interpretación de la ley o acto, aquel que mejor se acople a los preceptos, principios y valores contemplados por la ley suprema, lo cual significará que el juez deba preferir la armonización con la constitución.

viernes, 18 de marzo de 2011

LA SELECCIÓN DEL TEMA Y EL DISEÑO DEL ESQUEMA INICIAL

El TEMA es una proposición o un concepto que se toma por asunto o materia de un discurso, se identifican por medio de nombres sustantivos. La clasificación de los temas son: universales y generales, particulares y especiales. Un tema sencillo se puede integrar por una o varias palabras que no llegan a formar un juicio o una oración.

El interés por un tema, puede conllevar a comprenderlo, para ello es necesario usar procedimientos más adecuados para informarse sobre el tema (no regirse por la mera intuición) como el enunciar por escrito el objetivo logrado por la relación e interpretación de un conocimiento general o particular con otro y de la misma especie según el método utilizado.

También se deberá tomar en cuenta la formulación de preguntas con sus posibles respuestas, lo que permitirá hacer evidente la complejidad o simplicidad del tema y derivará a un mínimo de error, pues se reduce el tema.

Es así que, para la selección del tema se debe considerar el conocimiento que se tenga del asunto, los instrumentos que se manejan y los medios de que se disponga, esa selección permite la asociación e identificación de ideas, la interpretación y extrapolación del conocimiento que se tiene de él.

En cuanto a la precisión del tema, se requiere hacer un juicio sobre él a través de preguntas y respuestas, éstas indicarán la simplicidad o complejidad del tema mediante el análisis de las relaciones que implica, el análisis de las respuestas permitirá ampliar o reducir el tema.

EL ESQUEMA INICIAL es un instrumento metódico que sirve a varios propósitos en la investigación. Es altamente perfectible, constituye un estímulo para la consecución de datos y permite diseñar un parámetro para la selección y determinación de fuentes y medios de la investigación.

El esquema se debe elaborar con los datos provenientes del enunciado del tema y del planteamiento preliminar del problema; su utilidad es iniciar la búsqueda sistemática de la información para ordenarla, clasificarla y regular el estudio. También puede estar construido a base de conceptos o proposiciones que deben guardar una estrecha relación entre sí, donde la información es imprescindible una vez que se ha formulado el problema.

Así, el diseñar el esquema implica introducir en la dispersión natural del orden lógico, tener a mano una herramienta para apoyar y dirigir la atención hacia los aspectos estratégicos de las preguntas, determinar la ruta para desarrollar argumentos con base en proposiciones e hipótesis y finalmente, iniciar la búsqueda de datos significativos.