viernes, 15 de abril de 2011

EL CRONOGRAMA EN UNA INVESTIGACIÓN

El cronograma o también llamado como la ruta crítica en una investigación, permite conocer el avance o progreso alcanzado en ésta, en cada una de sus etapas o en su defecto los problemas que impidieron su desarrollo y en consecuencia comprobar las causas que imposibilitaron su cabal cumplimiento. Esto permite reconducir la labor tendiente a la elaboración de la tesis mediante el cual se obtendrá el título  o grado correspondiente.

En esencia contiene el tiempo que se empleara en la elaboración del trabajo de tesis, para lo cual se deberá tomar en cuenta las horas de trabajo diarias que a éste se dedicarán.

Es recomendable elaborar un cronograma por mes, por semana o incluso por día, en ellos se deberán plasmar los objetivos o metas que se busquen obtener y de ahí partir para realizar las actividades que se realizarán para conseguir esos objetivos; entonces, las metas tendrán que ser evaluables o medibles. Lo recomendable también será desplazar o reemplazar actividades que permitan destinar el tiempo suficiente para la consecución de los objetivos, para ello, debemos estar conscientes de las actividades que están ocupando en ese momento el tiempo que se pretende utilizar en la planeación de las nuevas actividades de la investigación.

En ese sentido, se pueden hacer estrategias por exclusión de otras actividades que no sean necesarias en ese momento, lo que también llevará a no poner pretextos para no hacer la investigación. De ahí la importancia en que si no somos capaces de insertar la investigación en nuestra vida o actividades cotidianas, no se lograrán los objetivos deseados.

Una vez determinado el tiempo que se le destinará se debe considerar en primer lugar, el tiempo que se dedicará para el acopio de las fuentes que se van a utilizar en cada una de las etapas contempladas en el proyecto y a continuación el que implica la redacción de cada una de los capítulos del trabajo.

Así, otro aspecto importante son las fuentes del conocimiento empleadas, por lo cual éstas deberán ser ordenadas alfabéticamente, además se recomienda organizarlas en material citado y material consultado, ya que muchas veces se revisan diversos documentos, que no se citan a pie de página. Esta última sugerencia es válida para la elaboración y presentación del trabajo de tesis, cuando la consulta de fuentes ha sido exhaustiva.

Se recomienda clasificarla en bibliografía; diccionarios y enciclopedias; hemerografía; legislación y jurisprudencia; y otras fuentes, en este apartado se anotan todas aquéllas que no se pueda ubicar entre las anteriores, por ejemplo la información recaba por Internet, entrevistas, entre otras.

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